miércoles, 30 de septiembre de 2009

El significado del Dinero







La palabra dinero deriva del latín denarius (moneda utilizada por los romanos). Se trata de uno de los grandes avances en la historia de la humanidad que permitió la aparición y expansión del comercio a gran escala.
El dinero es aquel medio común que permite el intercambio de bienes y servicios en una economía de una manera sencilla y eficiente. Por tanto, para que un bien pueda ser calificado como dinero se deben de satisfacer los siguientes tres criterios:
Medio de intercambio: para evitar las ineficiencias de un sistema del trueque. Cuando un bien es requerido con el solo propósito de usarlo para ser intercambiado por otras cosas, posee esta propiedad. Por ejemplo, pocas personas conservan billetes para colección. En cambio, la mayoría de las personas los conservan por la posibilidad de intercambiarlos cuando lo deseen por otros bienes. Además, el dinero debe ser un bien ligero y fácil de almacenar y de transportar.
Unidad contable: Cuando el valor de un bien es utilizado con frecuencia para medir y comparar el valor de otros bienes o cuando su valor es utilizado para denominar deudas, se dice que el bien posee esta propiedad. Por ejemplo, si gente de una cultura se inclina por medir el valor de las cosas en referencia a las cabras, las cabras serían la principal unidad contable. Un caballo podría costar 10 cabras y una cabaña unas 45 cabras.
Conservación de valor: Cuando un bien es adquirido con el objetivo de conservar el valor comercial para futuro intercambio, entonces se dice que es utilizado como un conservador de valor. En el caso anterior, una cabra tendría un problema a la hora de servir como dinero, puesto que es un bien perecedero: con el tiempo muere. Otros materiales, como el oro y la plata, conservan sus propiedades a pesar del paso del tiempo. Es un medio de acumulación o atesoramiento. El dinero, como representante de la riqueza, tiene el poder de comprar cualquier mercancía y se puede guardar en cualquier cantidad. En otras palabras, la función de atesoramiento sólo puede realizarla el dinero de pleno valor: monedas y lingotes de oro, piedras preciosas, objetos de oro, etc. El bien escogido como medio de acumulación debe ser siempre algo que pueda guardarse durante largos periodos sin que se deteriore.
Además de los puntos anteriores, el dinero debe de ser aceptado y reconocido por la sociedad que lo usa, permitiendo su identificación y valoración de una manera clara y sencilla.
Hay que indicar que el dinero, tal y como lo conocemos hoy en día (billetes y monedas sin valor propio), debe de estar avalado o certificado por la entidad emisora. Actualmente son los gobiernos, a través de las leyes, los que determinan cual es el tipo de dinero de curso legal, pero son otras entidades, como los bancos centrales (Banco Central) y las casas de la monedas (Ceca), los que se encargan, el primero, en regular y controlar la política monetaria de una economía, y el segundo, en crear las monedas y billetes según la demanda y la necesidad de tener dinero físico.
En resumen, podemos decir que el dinero es un activo neutro que sirve de "plataforma" intermedia para intercambiar bienes y servicios en la sociedad, evitando de esta manera la ineficiencia de un mercado de intercambio directo de bienes y servicios.
[editar] Historia del dinero
Antiguamente, la forma común de comerciar era el sistema del trueque, intercambiando directamente bienes y servicios por otros. Este sistema es muy ineficiente y lo podemos ver con el siguiente ejemplo:
Un ganadero se dedica a criar cabras y necesita trigo para hacer pan. La persona que cultiva trigo no necesita ninguna cabra y por lo tanto el intercambio directo no es posible. Un herrero si quiere una cabra para comer, pero el ganadero no requiere de las herramientas fabricadas por el herrero, pero el cultivador si requiere de herramientas para su trabajo.
Se puede ver claramente en este ejemplo que hace falta un nexo común que los una a todos y que permita el intercambio de todos esos bienes y servicios. Ese nexo es el dinero, que facilita todas esas transacciones comerciales de una manera fácil y sencilla, favoreciendo de este modo la expansión del comercio.
Hemos visto en el ejemplo anterior como surgió la necesidad del dinero, pero el dinero que fue usado en sus inicios no es tal y como lo conocemos en la actualidad, distintas civilizaciones han adoptado distintos bienes para realizar la función de dinero: el trigo, la cebada, arroz, conchas, metales (oro, plata,...) y piedras preciosas, hasta incluso el alcohol ha servido para realizar intercambios por otros bienes y servicios.
Con el paso del tiempo, el oro y la plata fueron ampliamente usados como dinero debido a su valor aceptado mundialmente, la facilidad de transportarlos respecto a otras soluciones y a que son metales que conservan sus propiedades a lo largo del tiempo. Para garantizar o certificar que un trozo de metal ó moneda contenía una cierta cantidad de oro y/o plata, se comenzó a su acuñación, a modo de garantía o certificación, por parte de entidades reconocidas (gobiernos, bancos), que avalaban el peso y la calidad de los metales que contenían.
Las primeras monedas que se conocen, se acuñaron en Lidia, la actual Turquía en el Siglo VII a. C.

Monedas de un tercio de estátera, acuñadas a principios del siglo VI a. C.
De acuerdo con Heródoto, el pueblo lidio fue el primero en introducir el uso de monedas de oro y plata, y también el primero en establecer tiendas de cambio en locales permanentes. Se cree que fueron los primeros en acuñar monedas estampadas, durante el reinado de Giges, en la segunda mitad del siglo VII a. C..[1] Otros numismáticos remontan la acuñación a Ardis II. La primera moneda fue hecha de electro (aleación de oro y plata),[2] con un peso de 4,76 gramos, para poder pagar a las tropas de un modo regulado.[3] El motivo del estampado era la cabeza de un león, el símbolo de la realeza. El estándar lidio eran 14,1 gramos de electrón, y era la paga de un soldado por un mes de servicio; a esta medida se le llamó estátera.

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